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Tres categorías de modelos de valoración de pequeñas empresas más comunes

Primera parte

Valorar su negocio es algo fundamental. Y hacerlo antes de pensar que realmente necesita evaluarlo, aún mejor. Sin embargo, muchos dueños de empresas solo comienzan a plantearse un proceso de valoración en medio de un divorcio, una escisión corporativa o una operación de venta. Por desgracia, eso le hará pasar por alto el aspecto principal. La valoración de su compañía no solo le permitirá saber lo lejos que ha llegado y compararse consigo mismo como futura referencia, sino que le ofrecerá también una panorámica de dónde se encuentra a día de hoy. Después de todo, la mayoría de nosotros operamos para generar valor. Así pues, conocer el valor propio tiene sentido, ¿no es cierto?

Una obra maestra y, al mismo tiempo, en proceso

Los modelos de valoración actuales son una ciencia a la par que un arte; simultáneamente de una precisión magnífica y también abstractos, intrigantes y complejos. Existen distintos tipos de modelos de valoración, cada uno de ellos con sus correspondientes ventajas y desventajas. En los libros de texto y en los trabajos de investigación suele asumirse que todos los modelos brindan los mismos resultados si se aplican de manera coherente y sin restricciones. No obstante, dado que la mayoría incluyen un pronóstico futuro, los modelos actuales se aplican con ciertas limitaciones, las cuales reducen el nivel de precisión en diversa medida, según el modelo. Hemos escogido las tres categorías más comunes de modelos de valoración corporativa, cuyas respectivas implicaciones abordamos más abajo. Confiamos en que lo disfrute.

Modelos de flujo de caja directos

Como el propio nombre sugiere, este modelo se fundamenta en el flujo de efectivo que entra o sale de la empresa. Pueden ser tanto directos como indirectos, es decir, dependiendo de si el modelo se centra directamente en los flujos de caja a los accionistas, o bien de forma indirecta en aquellos otros generados por la sociedad desde una perspectiva operativa. En consecuencia, comprende modelos basados en el descuento de los dividendos a los accionistas de la empresa, pero solo incidiendo en la distribución de fondos, no en el valor creado. Este modelo de flujo de caja hace hincapié en la generación de efectivo. El modelo indirecto más conocido es el de flujo de caja libre, el cual resulta de utilidad cuando buscas una visión de tu estado actual de generación de efectivo en tus operaciones, un elemento clave en la creación de valor. En teoría, constituye el fundamento de la mayoría de los modelos, pero es complicado en la práctica. Los flujos de caja suelen variar considerablemente a lo largo del tiempo, lo que dificulta su pronóstico.

Modelos de valoración relativos

Los modelos de valoración relativos se basan en comparaciones con otras empresas del sector, tratando de analizar su negocio en relación con otros mediante el examen de compañías similares y de sus evaluaciones. De este modo, los métodos relativos pueden mostrar si una empresa está sobre o infravalorada respecto a entidades parecidas. Ahora bien, las más de las veces resulta arriesgado asumir que el mercado está al tanto de ello. Podría argumentarse que fue la ausencia de pensamiento crítico lo que nos llevó a la crisis financiera de 2008 y a la crisis griega de 2011. En ocasiones, el mercado valora toda una industria de forma poco precisa y más nos vale ser consciente de esos riesgos. No obstante, lo que aquí nos ocupa es el modelo. Para una adecuada valoración, los indicadores principales a comparar deben ser a grandes líneas similares a los de otras compañías. Por eso debe tener cuidado con los indicadores que elige. Un buen lugar por el que comenzar son los marcadores de beneficios definidos de manera idéntica en todas las empresas. Sin embargo, una vez más, el mercado supone una limitación. Dado que la economía se transforma con el trascurso del tiempo, las cifras clave de una industria en el año anterior pueden resultar engañosas en el análisis de una compañía a día de hoy.

Lo mejor está por llegar

¡Permanezca atento! La siguiente entrada contendrá la segunda parte de esta miniserie, en la que trataremos la tercera categoría de modelos de valoración corporativa. También le informaremos sobre el modelo específico que consideramos más aplicable, y el porqué de ello.