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Riesgo que afecta el valor del negocio en pequeñas empresas

Una sencilla pregunta con una respuesta inesperada

Aunque resulte sorprendente, no sabemos mucho acerca del riesgo. Las primeras teorías sofisticadas en torno al riesgo económico se desarrollaron en la década de los 50 del siglo pasado y, aunque han sido perfeccionadas de entonces hasta ahora, no existe una verdad universal en lo relativo al riesgo. La definición de riesgo dependerá del sujeto concernido. Compradores, vendedores, inversores y clientes adoptarán cada uno de ellos una definición diferente de riesgo y un nivel distinto de aversión al mismo. Ahora bien, en lo que sí coincide la mayoría es en la definición general de riesgo como la incertidumbre ante los acontecimientos futuros. Básicamente, el futuro en sí conlleva un riesgo ya que comprende un gran número de variables que determinarán el desenlace de una situación dada. Si nos centramos en el ámbito empresarial, el riesgo suele asociarse con la inversión y, más en concreto, con el rendimiento de esta.

¿Es el riesgo un asunto inestable?

En una situación comercial, el riesgo es la incertidumbre del resultado económico. ¿Se diferenciará la rentabilidad real de la inversión de la prevista? Es esta una importante distinción, puesto que riesgo y volatilidad son dos cosas distintas. Una empresa inestable o volátil no tiene por definición que ser arriesgada. Si eres capaz de predecir el flujo de caja o los beneficios del negocio, podrás planificar en consecuencia y adoptar los preparativos necesarios. En la mayoría de las situaciones de inversión, el riesgo se corresponde con la incertidumbre percibida por el inversor. Dado que las percepciones son difíciles de concretar y monetizar, resulta complicado incorporarlas de forma precisa y exacta en las valoraciones.

Ahondando en el riesgo

Para profundizar en nuestra comprensión del riesgo, hemos de analizar diferentes factores que inciden sobre este. En primer lugar tenemos el riesgo específico del sector. En general, la mayoría de las empresas de una misma industria se enfrentan a riesgos de tipo similar. Aunque el riesgo puede derivarse de elementos cotidianos, como la ubicación geográfica de una compañía o los equipos empleados, también puede provenir de las perspectivas generales de crecimiento del sector. Entre estos riesgos se incluyen los obstáculos de entrada, las tendencias de consolidación y los requisitos tecnológicos. Luego tenemos el riesgo subyacente de la compañía propiamente dicha. En este caso analizaríamos la variación de la oferta y la demanda, distintas estructuras de costes que repercuten sobre las ganancias finales y el tamaño de la empresa. Las sociedades de mayor dimensión suelen mostrar una estabilidad superior a las pequeñas que se desenvuelven en un segmento específico de mercado.

Por otra parte, algunas compañías se financian con deuda. Esto incrementa el riesgo para los inversores, puesto que los titulares de los bonos tratarán siempre de asegurarse de que se les abone puntualmente los intereses de su préstamo y de recuperar el capital invertido. Normalmente, bajo unas mismas circunstancias, las compañías muy dependientes del empréstito conllevan un mayor riesgo para los accionistas. Además, sus activos se ofrecen generalmente como garantía, lo que expone más aún al inversor. Sin embargo, los acreedores no suelen prestar dinero a las empresas demasiado aventureras.

La liquidez manda

Los inversores son también sensibles al tema de la liquidez. ¿Podrá vender el inversor su participación en el momento que considere más oportuno? Si no es así, le costará trabajo obtener efectivo cuando lo necesite. Basta con echar un vistazo al mercado inmobiliario. En la mayoría de las ocasiones resulta más difícil vender propiedades que, por ejemplo, valores del Estado. Desde el punto de vista del inversor, la facilidad con la que la inversión en una empresa determinada puede traducirse en efectivo para su uso en otras situaciones supone, por consiguiente, una preocupación fundamental.

En busca de una verdad universal

Como se ha mencionado al comienzo de esta entrada, no existe una respuesta simple a la pregunta de qué es realmente el riesgo, en particular, al diferir este tanto según la situación. Ahora bien, esperamos que desglosando el concepto de riesgo en situaciones diversas de inversión hayamos arrojado algo de luz sobre este tema. Como principio general, consideramos que puede asumirse con un alto grado de certidumbre que, como inversor, cuanto mayor sea el grado de riesgo al que estás expuesto, menor será el valor de la empresa. Aunque suela aplicarse un baremo dentro del mismo sector, las empresas pueden influir sobre sus propios parámetros de riesgo. Mediante un examinen minucioso de la naturaleza y de la lógica interna de la corporación que haga posible una estimación del valor de su negocio, aumentarán en gran medida las posibilidades de que su evaluación de riesgos refleje fielmente la realidad. De esta manera estará un paso más cerca de la verdad universal sobre el riesgo.